El Ciclo C de la liturgia tiene como base principal el Evangelio de Lucas.Para que la fiesta cristiana de la Palabra cobre valor y significado, ser¡a necesario que todos llegáramos a ella con el fruto de nuestra propia reflexión y meditación del Evangelio y de las lecturas que le acompañan.Los sacerdotes que presiden las celebraciones dominicales, los cristianos que en ellas participan y todos cuantos deseen conocer con mayor profundidad el itinerario que el Jesús de Lucas propone a sus distintos oyentes, encontrarán en esta comentario una inestimable ayuda.Porque el Evangelio de Lucas, como todos los demás, contiene una profunda y original pedagog¡a de la fe, pero su modo de hacerlo, su estilo literario y su intención requieren contar con la ayuda de un gu¡a experimentado que nos conduzca a la comprensión de lo esencial: la aventura a la que invitó el Maestro a sus disc¡pulos y a las gentes agrupadas en torno a El. Es la misma aventura vivida en todos los tiempos por los disc¡pulos de Jesús; por los que hoy -yo, vosotros, nosotros...- nos adherimos a El por la fe.