Tras la modestia de un pensamiento que debe reconocer la dificultad que tiene para atrapar directamente o en la mera representación las ideas directrices, que acepta que la investigación empírica es indispensable, Gehlen afirma que la meta de su filosofía es encontrar las instituciones fundamentales y sus nociones rectoras. Pero, a partir de ahí, su ambición es más amplia: no sólo abarcar disciplinas tan distintas como la morfología, la fisiología, la psicología, la lingüística, etc., sino también intentar que los conceptos e ideas que se empleen en su modelo del hombre sean específicos para este objeto "hombre" y, además, lo bastante generales como para ser aplicables tanto al aspecto físico como al psíquico, como por ejemplo el concepto de acción.El resultado -que parte de la intención de elaborar una imagen del hombre que explique su actitud cultural como ser biológico- interesará igualmente a un amplio abanico de lectores: no sólo a quienes se sientan ya atraídos por el propio título, sino también a todos aquellos que experimenten una cierta curiosidad por las acciones y producciones del espíritu humano.