El capitán Jonás, antiguo pirata jubilado, oye unos golpes en la puerta de su torre. Cuando va a abrir, no encuentra a nadie. ¿Un fantasma? ¡Horror! Y se va corriendo a casa de su amigo Oscar. Lola, la nieta de Oscar, decide ir a la caza del fantasma. Muy a su pesar y muertos de miedo, ambos ancianos optan por acompañarla. En la puerta de la torre Lola monta una trampa para fantasmas y, tras varios intentos fallidos, caza en ella a un pobre fantasma. Se trata de un antiguo agente de seguros tan tímido, que nunca consiguió vender un seguro en vida. Para redimir su culpa debe vagar llamando a todas las puertas y no se redimirá hasta que no consiga vender un seguro. Lola tiene la solución: el agente le vende al abuelo un seguro contra fantasmas y el agente de seguros y los dos ancianos miedosos descansan en paz.
