"Edurne, Canto de Cisne" se lee con facilidad, pero no es extraño debido a que Nieves escribe habitualmente poesía y por ello, en este texto, se nota el cuidado que ha tenido en el uso del lenguaje. Cada sustantivo, cada adjetivo, cada verbo o cada adverbio están elegidos cuidadosamente para decir exactamente lo que ella quiere decir y transmitir el sentimiento que desea, y no otro.
En tantos años de vida nada convencional y sí muy azarosa, la escritora cuenta muchísimas vivencias, pero hay una con la que yo me identifico más y es su forzado traslado a Madrid, después de que un mal nacido asesinara a su hermano. Y utilizo ese adjetivo porque el etarra que mató a Ramón Baglietto se merece tal calificativo; no es un insulto sino pura descripción. Cuando era un niño, su víctima le salvó de morir atropellado y después de algunos lustros le quitó la vida sin compasión, por el único «delito» de militar en las filas de UCD, el partido que lideraba Adolfo Suárez. Dice el refrán que «de bien nacidos es ser agradecido», por eso yo le tildo de mal nacido.
La vida en pareja de Nieves no resultó fácil, pero como muchas mujeres de esa generación aguantó carros y carretas. Para colmo, se vio obligada a cambiar de ciudad y de vida con 10 hijos sobre sus espaldas. No se libró de ninguno de los inconvenientes que conlleva el «exilio», porque careció de ayuda.
