Consideramos los jardines como nuestros dominios personales, donde podemos crear los mundos que deseemos. Pero también están ocupados por mir¡adas de otros organismos, todos con sus propias vidas que liderar. El conflicto entre estas dos bases de poder, sugiere Richard Mabey, es un microcosmos de lo que está sucediendo en el mundo en general.
En este provocador libro, basado en los dramas cotidianos de su propio jard¡n de Norfolk, Mabey ofrece un escenario diferente, donde la naturaleza se convierte en un socio igualitario, un âÇújardineroâÇÑ en s¡ misma. En un contexto de estaciones desordenadas, observa cómo su jard¡n âÇúaccidentalâÇÑ se reorganiza. Las hormigas siembran semillas de pr¡mula en la hierba reseca. Las pollas de agua se acostumbran a anidar en los árboles. Los robles de pavo brotan junto a las cerezas inglesas. Una espectacular rosa autosembrada aparece en la grava. El jard¡n se convierte en un lugar de fusión cultural y ecológica, y tal vez en una metáfora del planeta convulsionado.
Una meditación sobre la lucha perenne entre el impulso humano de dominio y la vitalidad inherente de la naturaleza, ambientada en el propio jard¡n del autor.