Imagina que eres un viajero que navega por las principales ciudades del Mediterráneo en el año 750 a.C. Notarías una notable similitud en la vestimenta, el alfabeto, los bienes de consumo y la representación de los dioses desde Gibraltar hasta Tiro. Este no era el mundo griego, sino el fenicio. Con base en Tiro, Sidón, Biblos y otras ciudades a lo largo de la costa del actual Líbano, los fenicios se expandieron por el Mediterráneo construyendo puestos comerciales, asentamientos y puertos. Impulsados por avances tecnológicos nunca vistos desde la revolución neolítica, los fenicios unieron diversas sociedades mediterráneas, fomentando una élite urbana culta y sofisticada que compartía tendencias culturales, económicas y estéticas comunes. La huella fenicia en el Mediterráneo duró casi mil años, comenzando en los albores de la Edad del Hierro. Siguiendo la huella de los fenicios desde el Levante hasta la costa atlántica de Iberia, Carolina López-Ruiz ofrece el primer estudio exhaustivo del intercambio cultural que transformó el Mediterráneo en los siglos VIII y VII a. C. Griegos, etruscos, sardos, íberos y