Hermanas del ruido es un poema infinito que nace en pandemia, entre cuatro paredes y una ventana. Mientras los pájaros de la Dehesa nos enseñan, por primera vez, qué significa «libertad». Hermanas del ruido habla de un susto: cuando, por primera vez en la vida, te ves diferente en los ojos que te miran. Esta obra pretende ser un altavoz para todas aquellas personas que integramos tantas partes culturas, procedencias, creencias que no podemos quedarnos con una sola. Somos identidades múltiples y miramos desde unos prismáticos de visión amplia. Huimos de los extremos, estamos siempre en el término medio al escoger lo mejor de cada frontera en la que hemos habitado (aunque sea por herencia). Este poema infinito es una nueva acepción en el diccionario que define esa tierra de nadie interior de quienes viven en constante mezcla, acento, cambio, tránsito y duda. De quienes han convertido el término medio en hogar, en sitio donde quedarse a bailar, en una bandera para hijas de muchas tierras. Es suprimir del mapa las fronteras mentales. Es volver a los pájaros, volar sin dueños ni concertinas.
