Dice Jean Imbert, el autor de esta obra, que no aspira a exponer una tesis nueva porque es imposible. En cambio, su meta es otra: llena el vacío de información en cuanto a la forma en que ha evolucionado la pena capital. Aunque es un trabajo breve, abarca los periodos más importantes en la vida del hombre y da cabida a las prácticas jurídicas de los pueblos que en cierto momento representaron el máximo florecimiento de la especie humana.