40 años después de ser escrita, sale por fin a la calle esta obra de Eva Forest, que nos adentra en la vida de una Granja del Pueblo para acercarnos a las vivencias, experiencias y retos de los hombres y mujeres que protagonizaron esa etapa fascinante de la Revolución Cubana, a mediados de los años 60..
Los trabajos de Eva Forest, de los que salió esta magna obra, hasta hoy inédita, que es Los nuevos cubanos, fueron para Eva algo así como un baño lustral del que ella volvió ?nueva? o ?renovada?, y dispuesta a las mayores hazañas por la Revolución, desde el campo, fundamentalmente, de la Solidaridad, pero también en distintos frentes, incluyendo los más arriesgados y difíciles. Ello sucedió en 1966, durante un período de cuatro meses. Así fue que su experiencia en aquella Granja del Pueblo, con aquellos campesinos cubanos, fue definitivamente para ella un verdadero bautismo de fuego en su pasión por cambiar el mundo.
Hoy se puede plantear por qué resistió la Revolución Cubana al derrumbamiento del ?socialismo realmente existente?. La respuesta está en este libro: en los años 60 se estaba prefigurando en Cuba lo que hoy se ha dado en llamar ?el socialismo del siglo XXI?, instalado ya más allá de las malformaciones del socialismo soviético, y con los resplandores del alba.
Esta obra se sitúa a la altura de obras tan famosas como Los hijos de Sánchez de Oscar Lewis o Una aldea de la China Popular de Jan Myrdal. (Alfonso Sastre)
Rebelión, 19 de mayo de 2010
Acerca de un libro de Eva Forest: Los nuevos cubanos
Julio César Guanche
En 1961 apareció en Nueva York Los hijos de Sánchez, del antropólogo norteamericano Oscar Lewis. Su investigación presentó el concepto de «cultura de la pobreza» a través de las historias de vida de cinco miembros de una familia pobre de Ciudad México: el padre, Jesús Sánchez, y sus cuatro hijos. El libro, extraordinario, haría escuela hasta devenir un clásico de la antropología del siglo XX.
Mientras la obra ganó celebridad ?cuando se editó en Francia resultó el mejor libro extranjero publicado en ese país? tanto el autor como la editorial que lo publicó en español, el Fondo de Cultura Económica, fueron sometidos en México a una demanda que le imputaba al libro contar con lenguaje obsceno, escenas pornográficas e injurias hacia la nación mexicana y hacia algunos de sus prohombres. Al final, la acusación no trajo consecuencias y el libro disfrutó de varias ediciones en la patria de quien aparece en el libro bajo el nombre de Jesús Sánchez.
En sus páginas, este padre de familia expresa la filosofía que ha aprendido a lo largo de su vida:
Yo me ocupo nada más de mi trabajo. De política no conozco ni papa. Leo uno que otro párrafo del periódico, pero no lo tomo muy en serio; para mí no tiene mucha importancia lo que veo en los periódicos. Hace unos días leí algo sobre los izquierdistas, pero yo no sé cuál es derecha, ni cuál es izquierda, ni qué es comunismo. A mí me preocupa una cosa: conseguir dinero para cubrir mis gastos y que mi familia esté más o menos bien. El obrero debe preocuparse porque a su familia no le falte alimento en su hogar. La política es muy complicada, así que allá los que nacieron para ser políticos. Si viene una tercera guerra mundial algunos de esos señores que la están provocando irán al panteón, junto con muchos millones. Yo no me preocupo mucho, ¿verdad?1
En 1966 Eva Forest pasó cuatro meses en una zona rural del oriente de Cuba, en la actual provincia de Granma, para escribir la autobiografía de una «granja del pueblo», en la cual una colectividad rural se dedicaba al cultivo de la caña, la producción pecuaria y de cultivos frutales, organizada de ese modo después del triunfo revolucionario de 1959.
El punto de partida para llegar hasta allí no sería tanto el libro de Lewis como Una aldea de la China Popular, cuya descripción le fuera hecha por su propio autor, Jan Myrdal, en 1963. A partir de entonces, y con su previa admiración por la Revolución cubana, Eva Forest decidió que Cuba sería el campo de sus estudios.2
Tras vivir cuatro meses en la granja del pueblo, su investigación no arrojaría nuevos datos sobre la «cultura de la pobreza», sino constataría una realidad: la creación de una cultura popular sobre la revolución en Cuba y su consecuencia: el cambio fundamental en la comprensión de la vida.
La ruptura producida en la cultura de la pobreza por esta realidad se expr