Cuando un niño llega a mi aula viene lleno de sabiduría, lleno de cultura de infancia, de amor, movimiento, experienciasàComo maestra yo le acompaño en su desarrollo y le ayudo a sacar todo lo que lleva dentro. La enseñanza de la lecto-escritura es de las que más cuesta cambiar, a menudo veo que en los primeros cursos de Educación Infantil las vivencias de los niños son más propias de la edad, pero cuando la etapa de infantil llega a su último curso todo se convierte en letras. Con este libro intento mostrar que se puede hacer lecto-escritura de otro modo, que los niños pueden disfrutar del camino y que sus primeros acercamientos a ella pueden ser siempre placenteros. Pero al igual que los niños han de disfrutar de ese camino, nosotras como maestras debemos hacerlo también, así que las mayores premisas que debes seguir en la enseñanza de la lecto-escritura es tener paciencia y observar qué necesitan los niños en cada momento, para ofrecerles lo que necesitan, lo demás lo harán ellos solos.
