Está decidida: hoy cogerá el tren, cualquier tren, el pri mer tren que salga, y se alejará para siempre. Le dan mar eos sólo de pensar en llegar a su casa, enfrentarse a la cara licuada de su hija preñada, escuchar la voz pastosa de su marido, hacerles, una vez más, otra tortilla para l a cena, inútiles, más que inútiles. La locura y su antítesi s, la lucidez, son el eje sobre el que giran estas histor ias, entrecruzadas como una tela de araña. Sus personajes y sus circunstancias no dejan de ser familiares para el lector, inmerso en un mundo en el que las tensiones diari as y la neurosis colectiva alteran nuestro frágil equilib rio emocional. Y así, entre la ternura y la crudeza, la i ronía y la solidaridad, se va tejiendo una necesaria refl exión sobre el ser humano y nuestro tiempo, sus virtudes, sus límites y sus miserias.