Mi hijo no es un problema, tiene un problema

Mi hijo no es un problema, tiene un problema

Editorial:
Cepe
EAN:
9788478696871
Año de edición:
Materia
LIBRO DE TEXTO
ISBN:
978-84-7869-687-1
Páginas:
128
Encuadernación:
TAPA BLANDA O BOLSILLO
Idioma:
CASTELLANO
Ancho:
170
Alto:
240
Disponibilidad:
DISPONIBLE (Entrega en 1-2 días)
Colección:
PSICOMOTRICIDAD Y EDUCACION

11,50 €

IVA incluido
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Mediante los sentidos y los movimientos rítmicos que hace el bebé -balanceo, rotación, levantamiento de cabeza, movimientos de manos, ojos (se lleva la mano a la boca, coge cosas calculando distancias y regulando la vista), gateo y, por último, andar- se hace posibles las conexiones neuronales entre las diferentes partes del cerebro. Si, por  cualquier causa, no se realizan estos movimientos, no habrá suficientes conexiones neuronales, ocasionando problemas de aprendizaje de todo tipo, que se reflejan en el comportamiento y en las habilidades motoras gruesas o finas, así como en la visión, el oído o la articulación de palabras y el lenguaje del niño. Desde el nacimiento el bebé se está programando como, por así llamarlo, el disco duro de nuestro cerebro, y con esa información procesará los datos necesarios para el desarrollo óptimo de todas sus capacidades. De esto se deduce la gran importancia de los primeros años de vida. Los niños que no han sido estimulados debidamente en su niñez tendrán más problemas de aprendizaje más adelante (en el plano emocional, psíquico y físico) que los niños estimulados adecuadamente. La sociedad de hoy en día (con problemas de tiempo y espacio) obstaculiza muchas veces el crecimiento natural del niño, pues se limita el movimiento (se les coloca en el cochecito, sillitas anatómicas, taca-tacas, muy seguros, eso sí), y se les deja horas medio inmovilizados en vez de dejarlos en el suelo o en una superficie  donde pueda moverse libremente. La reacción del cerebro ante el estrés se manifiesta en el movimiento y en la postura corporal; esto es, cuando estamos estresados nos bloqueamos y nos ponemos rígidos, no estamos flexibles; esto mismo ocurre en nuestro cerebro con nuestras ideas: se bloquean, no podemos concentrarnos, no vienen nuevas ideas y soluciones. Mediante ejercicios de movimientos rítmicos y de gimnasia cerebral se estimula el cerebelo, el núcleo vestibular (encargado de equilibrio) y  los centros del habla, teniendo efectos importantes para la lectura y  la escritura, produciendo relajación y equilibrio emocional y obteniendo mejores resultados.

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