Muchos cristianos sienten que para vivir en plena armonía con el Evangelio y con la Iglesia hay que tener una mirada universal y ser solidarios con los más pobres del planeta. Algunos se integran en organizaciones que actúan en favor del desarrollo, mientras que otros siguen dudando...
Este libro es para quienes desean responder a la llamada y ser hermanos de todos. Gracias a la oración y a la experiencia espiritual, el hermano lejano se hace más proximo, y su suerte se convierte en parte de nuestra propia existencia, lo cual nos mueve a la acción. Eso es la solidaridad cristiana. La verdad de nuestro compromiso religioso se mide por la dimensión más o menos universal de nuestro amor.
La obra, se presenta como un proceso espiritual, ayuda a profundizar la experiencia de cada cual en su relación con el otro, y en particular con el otro del otro extremo del mundo. Este camino espiritual, indispensable para una auténtica solidaridad internacional, toma en consideración las distintas preocupaciones del hombre de hoy: el futuro del planeta, la justicia social, el desarrollo económico... y los diversos aspectos de la fe cristiana: la contemplación, la resurrección, la ternura de Dios...
