Esta obra recrea un viaje profundo al interior de nosotros mismos: es el Alfa, el principio de la creación, el hombre, su paso por el mundo, y es el Omega, el Apocalipsis, el fin irremisible que nos envolverá, como cuerpos, en las tinieblas más profundas de la tierra, dando un sentido diferente a nuestra existencia. Visto desde una perspectiva bíblica e histórica, todas las piezas parecerán encajar de pronto y el contenido nos proporcionará una nueva forma de valorar el mundo que nos rodea.
Con ojos en llamarada mirarán y serán mirados,
seres infernales en desbandadas,
corriendo desenfrenados hacia ninguna parte.
«Es la luz frente a las sombras, el nacimiento frente a la muerte, el ocaso, la tarde y la noche. Un juego de antitéticos que más simulan ser paradojas coherentes, jugando a un juego muy bien diseñado».
