Cada vez que Jamie pierde un partido de squash, su padre le pega, y es que quiere convertir a su hijo en el campeón que él nunca fue. Hasta que un día Jamie está harto y se va de casa. En su camino, encontrará una chica con bastantes problemas y embarazada, pero los dos harán frente a todas las dificultades. Jamie sabe que tiene que volver a casa para aclarar las cosas con su padre. Cuando por fin se decide volver a su casa, su madre se ha suicidado por culpa de la depresión y del peso de las relaciones entre su marido y su hijo. Su padre se disculpa pero ya es demasiado tarde.